Deslizamientos de tierra, un reto para las ingenierías
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Deslizamientos de tierra, un reto para las ingenierías
Antonino Cancelliere, experto en hidráulica, planteó a los futuros ingenieros la necesidad de trabajar en equipos multidisciplinarios para prevenir estos fenómenos geológicos.
Montserrat Muñoz
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), los deslizamientos de laderas son los fenómenos geológicos más frecuentes en el país y ocurren, principalmente, en temporada de lluvias.
Pero esto no es exclusivo de una región. "El riesgo de que ocurran deslizamientos es ubicuo en todo el mundo", comentó Antonino Cancelliere, profesor de hidráulica y estructuras marítimas e hidrología de la Universidad de Catania, Italia.
El académico expuso esto durante su conferencia "Coping with shallow landslides in a changing climate: an hydrological perspective", la cual reunió a profesores y estudiantes de las ingenierías Civil y Ambiental en el Auditorio D1.
El especialista se refirió en específico a los deslizamientos cuyo factor detonante son las precipitaciones. Entre otros elementos a tomar en cuenta, dijo, se encuentran la inclinación de la ladera, la deforestación, el uso de suelo, el tipo de vegetación y los procesos hidrológicos de la zona.
Se trata de fenómenos con altos niveles de destrucción. Lo que baja por las laderas es una mezcla de agua, sedimentos, tierra, vegetales y otras materias.
"Esta mezcla resulta mucho más peligrosa que sólo agua. Es un fluido que se mueve más rápido que el agua, que tiene una mayor densidad y un efecto mucho más devastador. Además, cuando se detiene, quedas atorado porque se comporta como sólido de nuevo", mencionó Cancelliere.
Para estudiar y entender correctamente los desplazamientos, el experto señaló que se necesita del enfoque de diversas disciplinas.
"Se trata de un problema de ingeniería con variables hidrológicas, geomecánicas, geológicas… Una sola persona no va a solucionar el problema, se necesita un verdadero esfuerzo de equipo", apuntó.
Desastres anunciados y que se pueden prevenir
El investigador recordó la catástrofe sucedida el 1 de octubre de 2009 en la localidad de Giampilieri, en Sicilia, Italia. "Esta es una zona muy propensa a deslizamientos. Aquel día llovieron más de 220 milímetros en siete horas, aproximadamente una tercera parte de lo que llueve en un año completo".
Las torrenciales precipitaciones desencadenaron una serie de deslizamientos y el resultado fueron 37 personas fallecidas y una millonaria pérdida económica. Todo esto se pudo haber evitado, consideró Cancelliere.
Para evitar que ocurran más deslizamientos pueden aplicarse medidas estructurales que pueden ser efectivas como barreras flexibles y mallas. Sin embargo, el costo de implementación y mantenimiento no permite que sean aplicadas en todos los lugares en potencial riesgo, además de que "estas estructuras protegen sólo lo que está abajo, no lo que está arriba", señaló el experto.
Afirmó que si bien lo ideal sería no establecer poblaciones al pie de laderas que pudiesen considerarse zona de riesgo, se debe trabajar en medidas de prevención para reducir las pérdidas humanas al máximo.
Por ello, enfatizó que es importante complementar la estrategia con medidas no estructurales, como aplicaciones de monitoreo y predicción en tiempo real y alerta temprana. "No se pueden evitar daños económicos y materiales, pero definitivamente se pueden salvar vidas", aseguró.
Estudiar y modelar los patrones de precipitaciones puede dar pistas respecto a las situaciones de riesgo que se pueden desencadenar. Otra herramienta son los análisis de estabilidad, observación de presión de poros en el suelo y otras metodologías geomecánicas.
Cancelliere también planteó la necesidad de investigar la relación entre estos fenómenos geológicos y variables ajenas al cambio climático, así como de generar y aprovechar la información recabada por satélites para perfeccionar el monitoreo y las técnicas de predicción.